Actitudes de la madurez espiritual
BOSQUEJO
ADÁN TEJERO
1P 5.5-6
La ley del fundamento.
1. En todas las artes existen principios básicos que permiten desarrollar grandes proyectos. En la música, aprender a leer las notas en una partitura, dominar el tiempo, son los principios para interpretar grandes piezas musicales.
2. Es común que los principios sean increíblemente aburridos. La repetición es la única forma en la que se pueden llegar a dominar. Sin embargo, llegar a correr sin antes caminar, puede generar un sinfín de tropiezos.
3. En la vida cristiana, para llegar a la madurez espiritual, se requieren aprender y aplicar principios básicos. En tiempos difíciles, vale más que el creyente sea bueno en los fundamentos, o de lo contrario no podrá prevalecer.
Actitudes, no acciones.
1. La vida cristiana madura no consiste en las acciones del cristiano. Una vida cristiana madura es aquella que tiene correctamente anclados las actitudes básicas del cristianismo. La actitud es la forma en como vemos la vida, y estos moldean nuestras reacciones, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.
2. La sumisión no es una opción, es un principio. El creyente maduro es aquel que tiene como principio la sumisión: en casa, el trabajo, la iglesia. Sin sumisión no hay dirección, sin dirección no hay crecimiento, sin crecimiento no hay madurez. (1P 5.5; Ef 5.21)
3. La humildad es la segunda actitud básica para la madurez espiritual. Mientras que la actitud de sumisión ataca nuestra arrogancia, la humildad ataca nuestro amor egoísta. Mientras la sumisión ataca los efectos externos de la soberbia, la humildad elimina la raíz de la soberbia. Humildad es pensar de manera baja, sentir que uno no es demasiado grande para servir, incluso que no somos demasiado grandes para agacharnos. (Fil 2.1-7; 1P 5.5).
Cómo enfrentar el Sufrimiento
BOSQUEJO
ADÁN TEJERO
Ec 7.2-3; Jn 16.33.
Cuando te enfrentas al sufrimiento a cualquier nivel, ¿cómo lo manejas? ¿Niegas su existencia, te vuelves indiferente a sus efectos, lo encubres o lo enfrentas con valentía?
Las cuatro respuestas seculares ante el sufrimiento.
1. La negación.
Muchas personas mantienen una idea en la que el sufrimiento es, por así decirlo, mental. Piensan que los efectos del dolor pueden ser contrarrestados solo con el hecho de negar su existencia. Brindan una visión de la vida imposible: el dolor solo está en tu mente, tu tienes el poder de transformar algo malo en algo bueno. Otra frase popular dentro de esta idea, es: la actitud lo puede todo. Las deficiencias en esta manera de afrontar el sufrimiento son:
1.El sufrimiento es una realidad inevitable.
2.El dolor es natural dentro del ser humano.
3.La negación de una realidad, solo empeora sus efectos.
2. El pesimismo.
Siendo el sufrimiento una realidad, muchas personas intentan algunas veces tratar de reponer su ánimo después de una amarga situación. Pero como somos seres frágiles, después de varios intentos de mantenernos fuertes ante los dolores, caemos en un hoyo de profunda desesperanza. El pesimismo es una de las respuestas más populares de las personas ante el sufrimiento: si no podemos hacer nada por evitar sufrir, entonces toda búsqueda por la felicidad es inútil.
3. El hedonismo.
De nuevo, los efectos del dolor en el ser humano son tan intensos y profundos, que las reacciones que toma cada persona son muy variadas. En nuestros días, una respuesta que está siendo punta de lanza, es el Hedonismo. Se trata de pensar la vida en términos de lo que nosotros queremos hacer, lo que nos gusta, nuestros sueños, nuestras metas. Y tratar de ver el sufrimiento solo como uno de los grandes obstáculos con los que, tarde o temprano, nos vamos
a encontrar. Así, la gente hedonista dice: “Esta es mi vida” y busca, por medio de los placeres excesivos, contrarrestar el dolor.
4. El positivismo.
Otra reacción totalmente falsa para enfrentar el dolor es el positivismo. Ser positivo, es por así decirlo, buscar el lado bueno dentro de las malas situaciones. Pero en la vida real, gran parte de las situaciones no tienen ningún lado bueno. De hecho, en este mundo tan lleno de pecado, las mismas Escrituras dicen que “no hay bueno, ni siquiera uno”.
II. Las cuatro verdades bíblicas para el sufrimiento
1. La tristeza es una emoción sana y aceptable en el cristiano. Ec 3.4 En el cristianismo se nos enseña que todas las emociones en el hombre son buenas, siempre que estén en el tiempo, intensidad, y lugares adecuados. Por tiempo, queremos decir que, somos libres de expresarnos para con Dios según nuestras emociones. Las emociones no controlan nuestra fe, sino que es nuestra fe la que controla nuestras emociones (Hch 27.13-25). Todo cristiano es libre de acudir en busca de refugio cuando el dolor es abrumador, pero nunca es correcto que demuestre a todos sus penas. (Mt 5,16-18)
2. Dios no promete evitarnos el dolor, sino estar con nosotros en medio del dolor.
Es necesario conocer que la promesa del Señor nunca conlleva evitarnos el sufrimiento, sino que Él se compromete a estar con nosotros durante el sufrimiento. (Is 43.2) Esta compañía asegura al creyente que, a diferencia del mundo, la situación por la que el atraviesa, está en control total del Señor. Además, que Dios esté con nosotros en medio del dolor, nos da la certeza que esta situación tendrá claramente un propósito para nuestro bien.(Gn 45.5-8) Finalmente, el que Dios no nos evite el dolor, nos ayuda a que en nosotros se forme un total dependencia hacia El.
3. El sufrimiento cristiano es el medio para que se forme el carácter cristiano.
A diferencia del sufrimiento del mundo, el sufrimiento del cristiano es distinto: primero, porque es permitido por Dios; segundo, porque es encauzado por Dios para su crecimiento; tercero, porque asegura que el creyente sea reconocido como hijo de Dios. El fuego produce el brillo tan preciado en el oro. El dolor en el cristiano purifica las deficiencias del pecado, y moldea en el carácter del creyente la imagen de Cristo. (Stg 1.2: 1Co 4.16-18)
4. El sufrimiento del creyente es pasajero y menor, comparado con su bienestar celestial.
Las pruebas son llevaderas, cuando se compara nuestros dolores terrenos con las bendiciones eternas. Sería imposible que en nosotros se despertara una sed por el cielo, si en esta tierra estamos siendo saciados con el agua del placer. El dolor en el creyente es el aguijón que le impide sentirse cómodo en el mundo, y también el principal testigo de su herencia futura. (Fil 3.20-21; Ap 22.14-17)
Dominio Propio
BOSQUEJO
ADÁN TEJERO
Que es el dominio propio
- El dominio propio es una virtud del carácter cristiano. Permite que el creyente tenga el control de los asuntos de su vida; logra formar un orden apropiado de las prioridades; y consigue un equilibrio mental, emocional y espiritual. (Job 1.21-22; Mt 6.31-33; Ec 3.12-15)
- Es una virtud que se consigue por la disciplina. Es una de las pocas áreas en las que Dios no contribuye, de manera sobrenatural, para otorgar la victoria.
La mente y el dominio propio.
- La vida del hombre es gobernada por el entendimiento que este tenga sobre la existencia. Los materialistas, son gobernados por la persecución de los bienes materiales; pues esta es la manera en la que entienden la vida. Los emocionalistas, realizan cada una de sus decisiones con base en la emoción que más domina el momento; al hacerlo, revelan que están sujetos a su entendimiento. La inmadurez espiritual es, en primera instancia, un problema del entendimiento.
- El dominio propio comienza con el acomodo de la mente. Una mente desordenada, no puede generar una vida ordenada. Una mente frágil, no puede generar fortaleza. Una mente mundana, no puede generar una vida santa. El dominio propio tiene como inicio: la disciplina por la renovación del entendimiento. ) Ro 12. 2.
- El dominio propio es la disciplina mental del creyente. Es el desarrollo del ejercicio de pensamientos santos. Leer las Escrituras. Meditar las Escrituras. Estudiar las Escrituras. Es un ejercicio que demanda tiempo, dedicación y consagración. (Ro 13.11-14; Ef 5.16; 2Co 10.5; Fil 4.8)