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Creemos que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios, perfecta y suficiente, y debe ser predicada sin interpretaciones humanas. (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20)
Creemos en el evangelio completo para esta época, incluyendo los dones, manifestaciones y ministerios otorgados por el Espíritu Santo al cuerpo de Cristo, los cuales siguen vigentes hoy. (1 Corintios 12:4-11)
Creemos en la necesidad de los cinco ministerios establecidos en la Escritura: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, para la edificación y perfeccionamiento de los santos. (Efesios 4:9-16)
Creemos que el cuerpo místico de Cristo está conformado por los creyentes que integran Su Iglesia. Asimismo, creemos en el poder de Dios manifestado hoy a través de la sanidad divina y los milagros. (Efesios 5:23; Salmo 103:2-3; Mateo 8:16-17)
Creemos en un solo Dios que se ha manifestado en tres oficios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Juan 1:1, 14; 1 Timoteo 3:16)
Creemos que la vida cristiana consta de tres etapas fundamentales: justificación, santificación y el bautismo del Espíritu Santo. (1 Corintios 1:30)
Creemos que la Iglesia debe ser santa, sin mancha ni arrugas, y estar preparada como una esposa digna para el Cordero de Dios. (Efesios 5:25-27; Apocalipsis 19:6-9)
Creemos que, según las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, en el siglo XX Dios enviaría un profeta para restaurar la sana doctrina, la cual ha sido distorsionada a lo largo de los siglos. (Malaquías 4:5; Mateo 17:11; Hechos 3:19-21; Apocalipsis 10:7)
Creemos en una doctrina cristocéntrica, donde Jesucristo, el Hijo de Dios, es el único digno de recibir gloria, honra y alabanza. Todas nuestras enseñanzas deben estar fundamentadas en Él.
Creemos que ningún hombre debe ser idolatrado ni exaltado, incluyendo aquellos que fueron usados por Dios de manera especial. (Colosenses 1:15-19; Apocalipsis 19:10)